ALMAS GEMELAS
Ellas juegan juntas
en la habitación que comparten, se divierten inventando historias, frente al
espejo. En el cuarto hay un gran ventanal que da al jardín y al abrirlo un
dulce aroma a jazmines penetra perfumando todo el ambiente y acariciando sus
rostros de niñas traviesas. El caserón que
habitan se ubica al final del pasaje Los
cerezos. Los dueños anteriores habían marchado a su tierra natal, después de
que gran parte de la finca sufriera un incendio que se cobró la vida de la
pequeña hija del matrimonio yugoslavo. Es entonces cuando Clara y su esposo
compran la propiedad a mitad de su valor. Y construyen la familia que tanto habían
anhelado.
Viendo estas viejas
fotos llegan a mi mente recuerdos de mi infancia, de ese caserón, del florido
jardín. Cuantas alegrías, ¡uy!, esta foto de mi cuarto y…el espejo. El espejo
de pie, marco de madera de cerezo, tallado con arabescos, herencia de mi
bisabuela Clara. Era el compañero de juegos. Su forma oval con bordes biselados
asemejaba un gigante camafeo.
A una le encanta el día y las flores perfumadas, la otra prefiere la penumbra del interior del cuarto, afuera se aburre. Cuando
llega la noche, las pequeñas juegan con la escasa luz del velador intentando no
hacer ruido que alerte a sus padres. La última vez que su mamá irrumpió en la
habitación, fueron sorprendidas saltando sobre la cama convertida en trampolín
de circo, y les dio tal reto que una de ellas empezó a temblar con su rostro
serio, su brazo pegado al cuerpo, mientras la otra sonría desafiando a su
madre. Tomó la mano de su gemela fuertemente
como diciéndole “ya está no es para
tanto”; logrando que su madre saliera enojada del cuarto amenazando con
castigos, que al día siguiente ambas olvidarían.
Ellas, tan iguales pero tan distintas, no podrían existir la
una sin la otra. Sólo ellas compartían los secretos más increíbles de sus
vidas.
El viejo caserón necesitaba algunos retoques, pintura y un
cambio de muebles
Los fleteros bajaron del camión los nuevos muebles y
siguiendo las indicaciones del padre. Fueron cambiando los viejos por los
nuevos. Las blancas paredes del cuarto infantil cobraron un color durazno y las
cortinas oscuras fueron reemplazadas por hermosas telas floreadas con vivos
colores. Ese antiguo espejo de pie compañero de juegos no resistió el
movimiento y cayó fuertemente sobre las baldosas del piso, quebrándose en mil
pedazos como aquella niña atrapada en él, que no respondería más a su imagen
para salir a jugar.
Luego de escribir esta historia, apague la computadora, sin
guardar los cambios. Discúlpenme estimados lectores, pero la
visita que le hice a Laura en el
neuropsiquiátrico y su imagen recorriendo viejas fotos aturdiéndome con la niña
del espejo, no es cosa que desee volver a escribir.
PROTOCOLO:
He elegido este cuento para intentar amigarme con él, ya que
sentí la necesidad de revisarlo y ver como ese primer cuento no quede
abandonado sin la posibilidad de que crezca en su significado, en su forma.
Decido modificar el cuento a partir de la observación y
análisis de las correcciones realizadas por la profesora y los compañeros. En primer lugar
descarto partes que consideré innecesarias al sentido global del texto. Anoto que deberé tener en cuenta que el
relato exige volver sobre cuestiones que se describen, como por ejemplo el
ventanal y el aroma a jazmines.
Pienso en el marco espacial y le agrego una descripción del
caserón y un suceso que explicaría de forma sobrenatural la presencia de la
niña del espejo. Siendo el espejo el eje del
detalle, ese objeto es relevante en el relato. Entonces construí una analogía
entre el espejo y la figura de un camafeo. Ya que este objeto encierra una
imagen tal como el espejo.
A partir de la introducción de un narrador protagonista quiero lograr el salto temporal y un nuevo nivel narrativo que se presenta con
la focalización del nuevo personaje, que es la misma niña en su adultez.
Suprimo el fragmento donde la niña viaja con su madre a la
casa de la abuela ya que ello ya no tiene sentido y perjudica la lógica del
desarrollo del cuento.
Pienso en como cumplir con el agregado de una metalepsis al
relato y decido por una metalepsis de autor que me parece lo más acertado para
este cuento. Sin olvidar que debía retomar la figura del ventanal y el perfume
a jazmines. Además, ambos elementos dan cuenta que el autor es el nuevo habitante
del caserón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario