viernes, 8 de noviembre de 2013

Las patas en la fuente
- ¡Qué corta es la vida! ¡Qué corta y miserable es! No sé si estamos preparados para semejante sacudón. Un tipo tan  joven, la misma edad que tenía mi viejo cuando murió. Se nos viene una de aquellas negro.
Vamos Ana, no exageres. El tipo no era Perón.
-¿Qué exagero? ¿Vos crees que yo exagero? Los buitres van a empezar a rondar, acordate lo que te digo. No sé si hoy o mañana, pero que van a sobrevolar nuevamente sobre nosotros, es seguro. Vos y yo  estamos grandes negro pero para los pibes, nuestros hijos y ese millar de jóvenes que creyeron en este modelo, será un golpe duro, durísimo. Esta mañana, mientras esperábamos al censista, no tendría que haber dicho que hoy era un día peronista, los días peronistas están repletos de sol, como decía mi viejo.
- Prendé la radio seguro que están comentando algo. Pero pone Radio Nacional por favor.
“…Kirchner falleció tras haber sido internado de urgencia durante la madrugada en el Hospital Formenti. Estaba acompañado por su esposa, la presidenta Cristina Fernández, cuando se descompuso y debió ser trasladado al centro de salud de El Calafate. El diputado nacional, presidente del Consejo Nacional del PJ y secretario general de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) había sido sometido el 11 de septiembre último a una angioplastia por una obstrucción en una arteria coronaria en el Sanatorio Los Arcos de la Ciudad de Buenos Aires, donde también había sido internado en febrero pasado. En esa última oportunidad, Kirchner recibió el alta médica luego de permanecer un fin de semana internado y luego de haber sido operado en forma exitosa. Tras conocerse el deceso del ex presidente, algunos ministros del gabinete nacional se dirigieron hacia Santa Cruz en distintos aviones oficiales y privados, en tanto que otros resolvieron permanecer en Buenos Aires y acompañar la marcha convocada para esta noche a las 20 en la Plaza de Mayo”.
- Tenemos que ir negrito. Llama a Juan  y pregúntale si va y con quién.
- Ellos van con la agrupación, nos esperan allá en dos horas.
  (…)
- Los peronistas hacen todo a lo grande, hasta para morir. Mirá ese cartel, ni en la cancha de Boca vi uno tan grande. 
Es verdad, un cartel gigantesco  con el rostro de Néstor y una leyenda que dice “Viviré por siempre”, sostenido por cinco militantes cruza frente a nosotros. Los jóvenes discuten sobre cuál es el  lugar más adecuado para que sea visto por todos.
-Córrase señora por favor, necesitamos atar las cañas al árbol.
-Che, Estrellita, subila un poco más, van a venir los de la Evita y nos van a colgar algo enfrente como de costumbre.
- Llegaron los chicos, anda  a buscarlos, están cruzando la plaza, yo te espero acá.
Las patas en la fuente, otra vez, las patas en la fuente…
-¡Mirá papá! ¿Puedo meterme? No Ana, hace mucho frío. Dale pa,  ellos tienen los pies en la fuente y no les pasa nada, dale. Sólo los pies Ana, hace mucho frío.
 Tengo que sacarme rápido estos zapatos antes de que se arrepienta, trataré de no mojarlos sino  mamá le dirá al señor Grimoldi que me los quite. No sé quién es ese señor, supongo que debe ser alguien importante porque cada vez que los dejo tirados o me los quitó sin desabrocharlos ella me grita que son de Grimoldi, que los cuide. Aunque no me queda muy claro si son del señor Grimoldi o del señor Charol. Para mí que los del señor Charol los tiene mi hermana porque ¿puede un par de zapatos pertenecer a dos personas al mismo tiempo? No creo. Seguro que es tan importante como el señor que murió hoy. Todos gritan Perón está vivo, pero yo sé que murió. La señorita lloraba cuando nos contó esta tarde, estaba muy triste. Mi vecina Amanda nos retiró de la escuela después de hablar con la maestra, a mí a mi hermana, a Juancho, al cabezón, a Martina, a Rodrigo, a las mellizas caras de pera y a sus hijos, éramos como diez. En cuanto salimos de la escuela comenzamos a correr y a gritar y Amanda se enojó mucho y nos dijo: “No griten chicos, hoy el país está de duelo”.  Eso mismo dijo el hombre que está hablando con mi papá ahora.
- Papá ¿Por qué lloras? Te estás mojando la camisa.
Realmente el agua está helada. Mañana le voy a decir a la señorita que no esté triste, que no nos pida disculpas por haber llorado, que acá todos lloran y gritan y también le voy a contar que metí las patas en la fuente…
-Ana ya vienen los chicos, están con la agrupación. También me comuniqué con tu hermana y con Luis y me dijo que en cinco minutos llegan.
Los vi llegar con sus camisetas empapadas por las lágrimas. ¡Néstor vive. Néstor vive! Nos quitamos el calzado, estos no eran del señor Grimoldi, eran nuestros. Nos tomamos de la mano, miré su rostro y me dijo: “El peronismo excede el tiempo y las coyunturas, mamá. Superó a las proscripciones, a las dictaduras y desapariciones. Jamás ejerció el poder sin la legitimidad de los votos, y su afán popular continuará convocando y representando a las mayorías. No llores. Tus nietos también pondrán las patas en la fuente”.
El agua no está fría como aquella tarde de Julio pero es idéntico el estupor  y la tristeza en los rostros y en el espíritu de quienes me rodean.




1 comentario:

  1. En este relato encontramos la focalización entre la mirada de un narrador adulto y un narrador niño sobre un hecho histórico. Las voces narrativas se entrecruzan con las de los personajes. Tanto en el presente del relato con el estupor provocado por el fallecimiento de Néstor Kirchner como en los recuerdos de esa niña en la misma plaza y convocada por otro deceso el del presidente Juan Domingo Perón.
    Nos encontramos ante un relato enmarcado, es decir, una historia dentro de otra historia. El marco está dado en este texto por el recuerdo de la pequeña que sirve como entrada al verdadero hecho focalizado.
    El cuento comienza con el diálogo de una pareja sobre un hecho puntual y sus consecuencias: la muerte del ex presidente. La información transmitida por la radio confirma el hecho. El traslado a Plaza de Mayo a despedir al líder político y la fuente funciona como disparador de recuerdos de la narradora en una situación similar: Encontrarse en el mismo lugar despidiendo a una figura política.
    Podemos concluir con que en el texto está bien empleada la focalización entre la mirada adulta y la mirada infantil.

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